A lo largo de la última década y en especial en los últimos años se ha conseguido automatizar y reducir el coste de la secuenciación masiva. Desde hace 30 años su uso en el campo del diagnóstico clínico se ha ido extendiendo dentro de la Oncología y la Genética, principalmente, siendo su uso cada vez más frecuente con los resultados cada vez más completos y más rápidos.

En este caso, la rapidez en el diagnóstico ha sido fundamental para empezar pronto el tratamiento. En los próximos años este tipo de diagnóstico, basado en la secuenciación completa o parcial del genoma humano será mucho más habitual.

Recientemente se ha publicado en el New England Journal of Medicine un artículo titulado Rapid Sequencing-Based Diagnosis of Thiamine Metabolism Dysfunction Syndrome | NEJM.

Investigadores del Hospital Infantil Rady en San Diego, California y el Instituto de Medicina Genómica del mismo centro describen en dicho artículo del NEJM el caso clínico que muestra el potencial y alcance de la secuenciación genómica en el ámbito de la medicina.

Gracias a la rápida evaluación clínica y genética del paciente, éste pudo ser tratado de una condición que progresa rápidamente y que, cuando no es tratada, deriva en la muerte.

Los resultados del trabajo muestran un escenario en el que el criterio de los profesionales clínicos para identificar un potencial trastorno genético y la rápida respuesta de los laboratorios en proporcionar un informe con resultados derivan en un tratamiento efectivo para el paciente.

El rápido análisis del genoma del niño recién ingresado, permitió encontrar la causa genética de su enfermedad, así como su tratamiento en menos de 48 horas. Algo que hace solo cinco años parecía cosa del futuro y de ciencia ficción ya es posible ahora, es el presente y el modelo a seguir.

Rapid Sequencing-Based Diagnosis of Thiamine Metabolism Dysfunction Syndrome

Los investigadores exponen el caso de un niño de cinco semanas que fue ingresado en el hospital con diversos síntomas neurológicos similares a los que había presentado un hermano suyo 10 años antes.

En el caso del hermano, fallecido a los 11 meses de edad, los síntomas habían progresado rápidamente hacia una encefalopatía epiléptica para la que no se había identificado ninguna causa. Y, por tanto, dada la heterogeneidad genética de las encefalopatías infantiles, que pueden ser provocadas por múltiples causas genéticas, con diferentes posibilidades terapéuticas, y al carácter consanguíneo de los progenitores, que eran primos hermanos, los investigadores decidieron secuenciar el genoma completo del paciente, para identificar la causa concreta de su enfermedad.

Tan solo 17 horas después del ingreso del niño en el hospital, se tomaron las muestras de sangre destinadas al análisis genético y 14 horas y media después, se disponía de un posible diagnóstico genético. Éste reflejaba la presencia de una mutación en el gen SLC19A3 que afecta a la pauta de lectura del gen y altera la proteína resultante.

Esta mutación provoca un trastorno conocido como síndrome 2 de disfunción metabólica de tiamina o encefalopatía que responde a tiamina 2 (THMD2).

Con la información genética obtenida y los síntomas clínicos, el equipo de profesionales pudo obtener un diagnóstico clínico confirmatorio menos de una hora después. Y lo más importante: como la enfermedad tiene tratamiento se pudo empezar a utilizar una terapia, que resultó adecuada para el paciente.

Implicaciones y reflexiones de las técnicas de secuenciación masiva

En la actualidad, la medicina convencional diagnostica una enfermedad cuando ya está presente, sobre la base de los exámenes clínicos, las pruebas y la historia misma del paciente. Una vez se lleva a cabo el diagnóstico, se inicia un tratamiento que es similar para todas las personas que tengan esa misma patología.

Sin embargo, esos tratamientos son más eficaces en unas personas que en otras. Así mismo, a algunas personas les causan más efectos secundarios que a otras los mismos fármacos.

Una de las principales revoluciones en el tratamiento de los pacientes ha sido el poder establecer decisiones terapéuticas de forma personalizada, es decir, en función de las características genómicas y moleculares de la patología de cada paciente. Esto es lo que se denomina medicina de precisión.

La medicina de precisión permite que un porcentaje de pacientes con diferentes patologías puedan recibir tratamientos dirigidos (personalizados, dirigidos a estas alteraciones moleculares o genómicas que provocan el desarrollo de la patología). Los cuales tienen una mayor especificidad y por tanto una mayor eficacia y menor toxicidad comparados con los tratamientos convencionales.

Este caso ilustra el potencial de la implementación a través de la técnica de secuenciación masiva rápida del genoma en un conjunto multidisciplinario para la administración de medicina de precisión. Dicho sistema incluye:

  • La identificación de los lactantes con sospecha de enfermedades genéticas el día del ingreso.
  • La secuenciación rápida del genoma como prueba de primer nivel.
  • La comunicación de los resultados de una manera que facilite la transición rápida del tratamiento empírico al tratamiento etiológicamente informado.
  • La implementación dentro de un sistema de atención de la salud.

Desde la publicación de este caso numerosas revistas científicas se han hecho eco de la noticia. El contenido se ha hecho viral en las redes sociales, Twitter solo en la primera semana tenía más de 6000 menciones.

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