Son muchos los mensajes  que recibimos sobre la importancia de llevar una vida saludable en base a una buena alimentación y hacer ejercicio. Sin embargo, lejos de conseguir un cambio, los datos de crecimiento de la  obesidad infantil son alarmantes.

¿Podrían los hábitos saludables durante el embarazo mejorar la salud de nuestros hijos? E incluso, modificar su microbiota de forma beneficiosa evitando problemas futuros como, por ejemplo, la obesidad.

Obesidad infantil

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025.

En España no estamos exentos de este grave problema sino todo lo contrario. Concretamente, el 34 % de la población española de entre 3 y 24 años tiene sobrepeso u obesidad. Cifra que asciende hasta casi el 40 % en el caso de los niños de entre 3 y 8 años. Son datos nuevos del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE), publicados recientemente en Revista Española de Cardiología (REC). Principal cabecera de REC Publications, la familia de publicaciones científicas de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta. Y por consiguiente, tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

¿Cuándo se define la microbiota en los bebes?

Desde hace varios años sabemos que el desarrollo de la microbiota del lactante comienza desde etapas tempranas de la vida. El alumbramiento es un momento clave. La vía de nacimiento y el inicio inmediato de la lactancia materna determinarán en gran medida la conformación de dicha microbiota y el impacto que tendrá en la salud del recién nacido.

Sin embargo, recientes investigaciones han cambiado la concepción de ambos factores:

microbiota en bebes

Por un lado señalan que, además del alumbramiento, que sin duda es un momento muy importante para la microbiota del bebe que daría pie para escribir otro artículo, existen otros momentos decisivos en la formación de la microbiota del recién nacido, que incluyen la etapa del desarrollo placentario, el embarazo y los mil primeros días.

Si se confirma que la microbiota de los bebes podría formarse durante las etapas del embarazo, es lógico pensar que los hábitos de las madres durante este periodo podría determinar la composición de la misma.

Hábitos durante el embarazo y su influencia en la microbiota de los bebes

Existen muchos estudios lo suficientemente prometedores para pensar que los hábitos de las madres durante el embarazo podrían llegar a ser determinantes en la microbiota del feto.

El siguiente artículo estudia como la obesidad de la madre durante el embarazo influye en la colonización microbiana y aumenta el riesgo de enfermedades metabólicas en la descendencia. Además, el estudio analiza el papel de la microbiota en el impacto de la obesidad materna durante el embarazo y en el metabolismo del bebe. También se analiza como los probióticos o prebióticos podrían prevenir y tratar la obesidad y las enfermedades metabólicas del bebe.

hábitos embarazo obesidad microbiota

Otro articulo curioso, muestra como el consumo de edulcorantes artificiales por mujeres embarazadas está asociado con un mayor riesgo de obesidad infantil.

Aunque se desconocen los mecanismos subyacentes, el objetivo del estudio fue determinar si el consumo materno de bebidas endulzadas artificialmente (ASB) durante el embarazo estaba asociado con modificaciones de la composición y función de la comunidad bacteriana intestinal infantil durante el primer año de vida.

De esta forma, se pueden extraer conclusiones de si estas alteraciones están relacionadas con el índice de masa corporal infantil (IMC) en un año de edad.

Para ello se realizó un estudio de 100 bebes seleccionados en función del consumo materno de refrescos (ASB) durante el embarazo (50 no consumidores y 50 consumidores diarios). El IMC (Índice de masa corporal) de los bebes expuestos a los refrescos fue más alto que los bebes que no lo estuvieron. La exposición gestacional al ASB se asoció positivamente con el sucinto de orina infantil y la espermicida. Se encontró que el sucinto mediaba el 29% del efecto de la exposición al ASB en el IMC a la edad de un año Esto revelaba un papel potencial de este metabolito en el aumento del peso infantil vinculado al consumo gestacional de ASB.

A medida que nos enfrentamos a un aumento sin precedentes de la obesidad infantil, los estudios futuros deben evaluar las relaciones causales entre el consumo materno de ASB (una exposición modificable), la microbiota intestinal y los metabolitos, el metabolismo infantil y la composición corporal.

Impacto del humo del tabaco en el microbioma intestinal del lactante y su relación con la obesidad infantil.

Por último, y aunque su evidencia es limitada, en un estudio sobre el impacto del tabaquismo materno y el humo del tabaco ambiental en el microbioma intestinal del lactante, se recoge la relación directa con la obesidad infantil.

En este estudio se incluyeron un total de tres estudios de cohortes prospectivos. En el que utilizaron la secuenciación del gen ARNr 16S de alto rendimiento para evaluar la microbiota intestinal. El estudio incluía a un total de 1.277 participantes lactantes / neonatales. Los recién nacidos expuestos al humo ambiental tenían una mayor abundancia relativa de Ruminococcus y Akkermansia. Se descubrió que los bebés expuestos al humo ambiental durante el embarazo, o después del parto, tenían una mayor riqueza bacteriana intestinal, particularmente Firmicutes a los 3 meses de edad. Mientras que los bebés de 6 meses nacidos de madres fumadoras tenían una mayor abundancia de Bacteroides y Staphylococcus. La riqueza elevada de Firmicutes a los 3 meses de edad se asoció con probabilidades elevadas de sobrepeso y obesidad infantil a los 1 y 3 años de edad.

Conclusión

Gracias a técnicas moleculares de amplificación y secuenciación de genes se extrae que existen comunidades bacterianas en la placenta, en el líquido amniótico, en el cordón umbilical y en el meconio en embarazos sanos sin signos de infección o inflamación.

Estos descubrimientos han hecho que muchos científicos hayan cambiado del paradigma del útero estéril al de la colonización dentro del útero, una hipótesis que cambia radicalmente nuestra idea de cómo adquirimos nuestros primeros microbios.

Por tanto, no sería descabellado pensar que los hábitos de la madre durante el embarazo pueden tener un efecto sobre el microbioma de los hijos. Y, por tanto, un impacto en su salud futura.

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