Más sobre Histocompatibilidad

Estamos tratando con el término histocompatibilidad si a la hora de realizar un trasplante el donante y organismo receptor comparten suficiente similitud antigénica, permitiendo la transferencia sin reacción inmunitaria.

El rechazo de órganos se produce como consecuencia de la interacción entre el sistema inmunológico del órgano receptor y los antígenos de histocompatibilidad que se encuentran en las células trasplantadas.

Las pruebas que proporcionan los datos que se necesitan para evaluar el riesgo inmunológico del paciente al que se le realizará el trasplante. El tipo de pruebas requeridas va a depender de las necesidades específicas de cada programa, como el tipo de trasplante, eventos aloinmunizantes previos de los pacientes, y otras consideraciones que, de forma conjunta, deberán considerar los laboratorios de histocompatibilidad, así como los responsables de los programas de trasplantes.

Hay que valorar la compatibilidad antigénica entre el receptor y el donante, por lo que es necesario realizar diferentes pruebas. Una de ellas es la cruzada linfocitaria, uno de los procedimientos más importantes en el trasplante de órganos. Se utiliza la prueba de microlinfocitotoxicidad donde los linfocitos del donante sirven como blanco para el suero del receptor.

Existen también otras técnicas más sensibles, como la técnica por citometría de flujo, con la finalidad de distinguir los anticuerpos anti-HLA de los autoanticuerpos, y la técnica prueba cruzada con globulina antihumana, que permiten detectar niveles muy bajos de anticuerpos circulantes y facilita la evaluación del donante para el trasplante.

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