Los exosomas son pequeñas vesículas de membrana de entre 30-150 nm de diámetro liberadas por diferentes tipos celulares. Fueron descritas por primera vez en 1983 y durante muchos años se pensó que su función biológica era la de la liberación de residuos celulares, de desechos inservibles de las células, como si de bolsas de basura se tratasen.

Actualmente se sabe que la producción de exosomas es una vía de comunicación entre las células y en el caso del cáncer son especialmente importantes.

Pueden desempeñar un papel esencial en los tumores: desde la regulación del crecimiento, la angiogénesis, la modulación inmunológica, la preparación del nicho metastásico, la colonización, la latencia e incluso la propia evolución metastásica del tumor.

Destacar que las células de un tumor liberan mayor número de exosomas que las células sanas por lo que pacientes afectados por algún tipo de cáncer presentan unos niveles de exosomas superiores a los de pacientes con afectaciones no malignas. Es por ello que la cuantificación de exosomas tumorales en plasma constituye un marcador pronóstico del carcinoma. Además, los exosomas tumorales son captados por células sanas que terminan convirtiéndose en malignas, es decir, que facilitan la metástasis.

La composición de los exosomas es un reflejo de las células de las que provienen, por lo que el estudio de los exosomas provenientes de células tumorales es una manera de obtener información de ese tumor.

Es importante el estudio de los perfiles proteicos de sus membranas, así como el contenido de componentes que transportan en su interior como RNA, DNA, RNAs de cadena larga no codificantes (lncRNAs), miRNAs, proteínas y lípidos ya que constituyenbiomarcadores adecuados que pueden ayudar a estudiar el origen del tumor, su evolución y a definir terapias adecuadas.

Gracias a su estructura y tamaño los exosomas tumorales son liberados por los diferentes tumores a los distintos fluidos biológicos como suero, plasma, orina, líquido amniótico, leche materna y líquido cefaloraquídeo. Ya que estos exosomas tumorales puedes detectarse en la sangre de los pacientes es evidente que sirven como marcadores de fácil acceso en lo que actualmente se conoce como biopsia líquida para un diagnóstico y pronóstico más acotado, así como para el descubrimiento de nuevas terapias antitumorales.

Es por ello que uno de los campos más prometedores en el área de investigación biomédica oncológica es el estudio de los exosomas en el diagnóstico del cáncer.

Si los exosomas pueden distribuirse fácilmente por el organismo, pudiendo incluso atravesar la barrera hematoencefálica, y son capaces de transportar diversos componentes biológicos a células receptoras muy distantes que son capaces de absorberlos pueden emplearse como vehículos de fármacos antitumorales. De hecho recientemente se ha descubierto que el paclitaxel es 50 veces más potente en el tratamiento de pacientes con cáncer de pulmón cuando se administra encapsulado en exosomas.

Así que el uso clínico de microvesículas de origen biológico como vehículos para fármacos o terapia génica dirigida tomando como referencia a los exosomas es una herramienta en desarrollo de elevado potencial. En la carrera por la búsqueda de nuevos biomarcadores específicos y herramientas no invasivas para la detección y distinción de tumores primarios con riesgo de metástasis y la predicción de una tan esperada respuesta terapéutica, los exosomas podrían ser los candidatos de elección.

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