¿Qué es el cáncer de vejiga?

El cáncer de vejiga es el quinto tumor más frecuentemente diagnosticado en España, que afecta fundamentalmente a pacientes por encima de los 50 años. Según datos de la SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica), en 2022, más de 22.000 personas serán diagnosticadas con cáncer de vejiga en nuestro país.

A pesar de que la mortalidad asociada al cáncer de vejiga no es muy elevada, este tumor presenta unas tasas de recurrencia muy altas, que lo convierten en uno de los más complejos y costosos en cuanto a su seguimiento, que actualmente se realiza mediante cistoscopia, una técnica muy invasiva y con alto riesgo de complicaciones asociadas.

Tipos de cáncer de vejiga

En función del origen de las células cancerosas que revisten el interior de la vejiga, podemos clasificarlo en distintos tipos:

  • Carcinoma urotelial o Carcinoma de células de transición: es el tipo más común de cáncer de vejiga. Supone un 90% de los casos. Existen dos subtipos:
  1. Carcinoma no-invasivo o no-infiltrante: localizado en la capa más interna de la vejiga, sin llegar al músculo.
  2. Carcinoma invasivo o infiltrante: el tumor invade la capa muscular de la pared vesical. A menudo se disemina a los ganglios linfáticos y a otras partes del cuerpo.
  • Carcinoma de células escamosas: supone un 2% de los casos totales.
  • Adenocarcinoma: supone entre un 1-2% de los casos. El adenocarcinoma primario suele presentarse en otros órganos como el pulmón, el seno o la próstata, y más tarde se disemina a la vejiga.
  • Carcinoma de células pequeñas.
  • Sarcoma.

Signos y síntomas

La hematuria (sangre en la orina) es el signo principal del cáncer de vejiga. Además, hay otros síntomas asociados como el dolor o escozor al miccionar, la poliaquiuria (aumento en el número de micciones), la necesidad de orinar pero imposibilidad de hacerlo, y el dolor lumbar.

Factores de riesgo

Los principales factores de riesgo asociados al cáncer de vejiga son:

  • Tabaquismo. Es el factor de riesgo más importante. Los fumadores presentan entre 2 y 3 veces más riesgo de padecer cáncer de vejiga que los no fumadores.
  • Edad. Como en la mayoría de los tumores, a medida que aumenta la edad, aumenta el riesgo de padecer cáncer de vejiga.
  • Género. Actualmente, los hombres tienen más probabilidades de padecer un tumor vesical que las mujeres.
  • Antecedentes familiares.
  • Exposición a pinturas, tintes, metales o derivados del petróleo.
  • Haber recibido tratamiento con radioterapia dirigida a la pelvis o con ciertos agentes quimioterápicos, como la ciclofosfamida o la ifosfamida.
  • Infecciones de la vejiga, como las producidas por Schistosoma haematobium.

Diagnóstico, tratamiento y seguimiento

Además de la anamnesis y exploración del paciente, existen pruebas que ayudan a determinar la presencia del tumor, el tipo y el estadío de la enfermedad:

  • Analítica de sangre. Es importante para valorar la función renal.
  • Analítica de orina. La presencia de células uroteliales malignas en la orina detectadas mediante citología confirma el diagnóstico del tumor.
  • Ecografía abdominal y de la vía urinaria. Ayuda a detectar tumores vesicales y evaluar su alcance sobre el sistema urinario y el resto de órganos abdominales.
  • Cistoscopia.Es el método “gold standard” para el diagnóstico y estadificación local del cáncer de vejiga.
  • Tomografía axial computerizada (TAC) del tórax y/o resonancia nuclear magnética (RNM) del abdomen y de la pelvis.

El tratamiento se personaliza para cada paciente dependiendo de múltiples factores. Entre los tratamientos más frecuentes se encuentran los quirúrgicos, como la resección transuretral (RTU) que también se utiliza con fines diagnósticos, y la cistectomía, que consiste en la extirpación de la vejiga. También es frecuente la terapia intravesical, que se suele realizar tras una RTU y se realiza con inmunoterapia, utilizando el bacilo de Calmette-Guérin (BCG), o con quimioterapia, utilizando frecuentemente la mitomicina.

El seguimiento o vigilancia de los pacientes diagnosticados con cáncer de vejiga es muy importante. Más aún si tenemos en cuenta el elevado número de recurrencias que presenta este tumor.

Para ello, actualmente, la técnica más habitual es la realización de cistoscopias y/o citologías, aunque actualmente disponemos de biomarcadores que se están incorporando en la práctica clínica para el seguimiento de los pacientes diagnosticados con tumor vesical no-músculo invasivo.

Entre ellos destaca Bladder EpiCheck®, una prueba genómica no invasiva basada en la epigenética y validada por numerosos estudios, que detecta aberraciones en la metilación de 15 biomarcadores y cuyo rendimiento y características diferenciales hacen que sea ya una excelente herramienta de aplicación rutinaria en numerosos centros nacionales e internacionales, con un claro impacto positivo en la mejora asistencial de estos pacientes.

Recursos

  • Bladder Epicheck®

El kit epigenético Bladder Epicheck (CE-IVD) es una solución no invasiva basada en los patrones de metilación de DNA mediante orina de micción espontánea para el seguimiento de pacientes con cáncer de vejiga.

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