El cáncer de colon es el más diagnosticado en nuestro país. En España y considerando ambos sexos, el cáncer de colon es el más frecuente, superando al de mama y pulmón.

¿Por qué hacer las pruebas de detección temprana del cáncer colorrectal?

A pesar de los avances en su tratamiento y diagnóstico precoz, un número significante de pacientes presentan metástasis en el momento del diagnóstico o la desarrollan a lo largo de la evolución de la enfermedad. Por tanto, detectar la enfermedad de forma temprana es prioridad absoluta.

Los cánceres de colon no dan síntomas al principio, son silenciosos. Cuando se manifiestan los síntomas: dolor abdominal, sangrado con las heces, pérdida de peso, diarrea o estreñimiento, anemia… entre un 15-25% de los casos ya ha producido metástasis en hígado, lo cual empeora su pronóstico y posibilidades de curación. Del hígado puede además pasar a pulmón y desde allí a cerebro u otros órganos

Los cánceres de colon se inician como un pólipo (crecimiento anormal de la mucosa) detectable por medio de una colonoscopia y extraído durante la misma.

Si se eliminan todos los pólipos es muy difícil que se desarrolle cáncer y esa es la clave de que sea tan prevenible. Un pólipo puede tardar hasta 10 años en hacerse maligno y ese lento crecimiento favorece la prevención.

En otros tumores no hay la posibilidad de encontrar el precáncer, pero en el cáncer de colon sí. Se pueden eliminar las lesiones premalignas y de esa forma nunca desarrollar el cáncer.

Cualquier pólipo encontrado debe ser eliminado. La prevención es el camino. Mejor encontrarlo a tiempo cuando aún tiene cura.

Cuando se descubre en etapa inicial, la supervivencia a 5 años es aproximadamente 90%. Sin embargo, solo 4 de cada 10 casos se encuentran en esa etapa inicial. Cuando el cáncer se ha propagado fuera del colon o del recto, las tasas de supervivencia son más bajas.

Pruebas de detección del cáncer colorrectal:

¿Con qué pruebas se puede detectar el cáncer colorrectal?

Artículo cancer.org

1 – Pruebas de cribado en las heces. Son pruebas no invasivas

  • Prueba de sangre oculta en heces: Es un test químico basado en guayacol. Se denomina FOBT (Fecal Occult Blood Test) o gFBOT (guayacol Fecal Occult Test).
  • Prueba de sangre oculta en heces basada en test inmunoquímico: Se denomina FIT (Fecal Immunochemical Test). Altamente sensible y en la que se usa un anticuerpo.
  • Prueba de ADN en heces: Combina la prueba de inmunoquímica fecal con un análisis de ADN alterado en heces. Podría servir de cribado de cáncer colorrectal (CCR) llegando “casi” a emular una colonoscopia. Examina ciertos cambios en el ADN (cambios genéticos) que a menudo se filtran en las heces, tanto de crecimientos precancerosos como en las células de tumorales (huellas de ADN). El colon desprende células de su revestimiento y estas células pueden tener cambios en el ADN de ciertos genes. Si con esta prueba se detecta alguna anomalía, será necesaria una colonoscopia.

2 – Pruebas de cribado endoscópicas. Son pruebas invasivas

Examinar el interior del colon y recto en busca de anomalías que podrían ser pólipos o cáncer. Si primero fue hecha alguna prueba de heces fecales y se detectó alguna anomalía pueden servir para determinar la causa.

  • Colonoscopia: Previene el cáncer por dos acciones: encontrar los pólipos (lesiones precancerosas) y extirparlos antes de que se conviertan en cáncer. Es la prueba de referencia por su eficacia.
  • Colonografía CT (Colonoscopia Virtual) por tomografía computarizada: es una imagen capturada del colon y del recto que produce imágenes transversales detalladas para ver si hay pólipos o cáncer. Si se observa algo sospechoso, será necesario realizar una colonoscopia para extirparlos o analizarlos.
  • Sigmoidoscopia flexible: Es muy similar a la colonoscopia. Examina solo la parte inferior del colon y el recto. Si se encuentran pólipos, estos pueden extirparse durante la prueba, pero puede que necesite hacerse una colonoscopia posterior.

Factores de riesgo del cáncer colorrectal

Un factor de riesgo es todo aquello que incrementa la probabilidad de padecer una enfermedad. Algunos se pueden cambiar pero otros no es posible.

1 – Factores de riesgo del cáncer colorrectal que se pueden cambiar:

  • Sobrepeso u obesidad: Mantenerse en un peso adecuado ayuda a reducir el riesgo.
  • Inactividad física: Tener actividad física ayuda a disminuir el riesgo.
  • Ciertos tipos de alimentación: Una alimentación con un alto consumo de carne roja y carnes procesadas pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. Seguir una alimentación saludable que incluya suficientes frutas, verduras y granos integrales y evitar el consumo de bebidas azucaradas.
  • Tener un nivel bajo de vitamina D en la sangre: Puede incrementar el riesgo.
  • Tabaquismo: Fumar es causante del cáncer de pulmón, pero también está asociado a otros tipos de cáncer como el cáncer colorrectal.
  • Consumo de alcohol en grandes cantidades: El cáncer colorrectal ha sido vinculado al consumo excesivo de alcohol

2 – Factores de riesgo del cáncer colorrectal que no se pueden cambiar

  • Envejecimiento : El riesgo aumenta con la edad.
  • Antecedentes étnicos y raciales: La raza negra y los judíos procedentes de Europa Oriental (judíos asquenazíes) tienen mayores riesgos de cáncer colorrectal en comparación con cualquier otro grupo étnico en el mundo.
  • Diabetes tipo 2: Las personas con diabetes tipo 2 (no dependiente de insulina) tienen un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal.
  • Antecedente personal de cáncer colorrectal o pólipos colorrectales: Si se han padecido pólipos o cáncer colorrectal, aunque se haya extirpado en su totalidad, hay más probabilidades de desarrollar nuevos cánceres en otras áreas del colon y del recto.
  • Antecedente personal de enfermedad inflamatoria del intestino: Si se padece de enfermedad inflamatoria del intestino, incluyendo colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn aumenta el riesgo.
  • Antecedente familiar de cáncer colorrectal: Antecedentes en primer grado (padre, madre, hermanos, hermanas o hijos), considerados cánceres que “vienen de familia” pueden deberse a:
    • Genes heredados, síndromes hereditarios: un 5% de las personas que padecen cáncer colorrectal presentan cambios genéticos hereditarios (mutaciones).Los síndromes hereditarios más comunes asociados con el cáncer colorrectal son:
      • Síndrome de Lynch, cáncer de colon hereditario sin poliposis (HNPCC): Es el más común. En la mayoría de los casos causado por un defecto hereditario en el gen MLH1 o el gen MSH2, pero también en otros genes. Estos genes ayudan normalmente a reparar el ADN que se ha dañado. Las mujeres con esta afección también tienen un riesgo muy alto de cáncer de endometrio. Otros cánceres asociados con el síndrome de Lynch incluyen el cáncer de ovario, estómago, intestino delgado, páncreas, riñón, próstata, cerebro, uréteres y vías biliares.
      • Poliposis adenomatosa familiar (FAP): Es causada por cambios (mutaciones) en el gen APC. Aproximadamente un 1% de todos los cánceres colorrectales son causados por la FAP .Hay tres subtipos de FAP:
        • FAP atenuada (AFAP): Los pacientes tienen un menor número de pólipos (menos de 100) y el cáncer colorrectal tiende a ocurrir a una edad más avanzada.
        • Síndrome de Gardner: Es un tipo de FAP que también se manifiesta con tumores no cancerosos en piel, tejidos blandos y huesos.
        • Síndrome de Turcot: Es una afección hereditaria muy poco común en la que las personas están en mayor riesgo de padecer muchos pólipos adenomatosos y cáncer colorrectal, así como tumores cerebrales.
    • Compartir factores ambientales o cierta combinación de estos factores, incluyendo tener familiares que hayan tenido pólipos adenomatosos también está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de colon.

Hay muchas cosas en las que podemos influir para evitar un cáncer de colon. Desgraciadamente, la falta de información o conocimiento en unos casos, y el miedo o rechazo en otros, hacen que el cáncer de colon, el más fácil de prevenir, se convierta en el más frecuente.

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